El multimillonario renunciará los próximos meses a la dirección de Microsoft para dedicarse de forma exclusiva a su trabajo como filántropo en la Fundación Bill y Melinda Gates.
La próxima y última comparecencia de Gates en Las Vegas (CES), prevista para este lunes, llega en un momento plagado de nuevos retos para Microsoft.

El sistema operativo Windows Vista no ha satisfecho las expectativas que el propio Gates depositó en él, y muchos clientes, en particular profesionales, siguen confiando en el anterior Windows XP.

Tampoco el sector de la telefonía móvil marcha según lo previsto: contradiciendo las estimaciones de Gates, Google experimentó un espectacular crecimiento en este segmento y amenaza ahora el Windows Mobile de Microsoft con Android.

La respuesta a este y a los otros desafíos ya no llegarán de la mano de Gates, sino de su eterno colaborador Steve Ballmer, prevé abandonar casi por completo la empresa antes del verano (boreal).